Premiado

Premiado

Pablo Ferrández Castro
Premio Princesa de Girona Artes y Letras
2018
Pablo Ferrández Castro

Por qué se le ha concedido

ex aequo
«Por un talento excepcional y una proyección internacional importante. Ferrández es una referencia del violonchelo. Destaca por su inteligencia y sensibilidad al servicio de la música, su capacidad extraordinaria de conmover y de crear universos sonoros a partir de las lecturas nuevas del repertorio universal».

Formación y trayectoria

Empezó a estudiar música a los tres años, con su madre (profesora) y con su padre (violonchelista de la Orquesta Nacional). A los trece fue aceptado en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, donde fue elegido alumno más sobresaliente cuatro años consecutivos y donde se benefició de una beca completa durante sus estudios. En 2011 entró a formar parte del programa de posgrado de la Kronberg Academy (Alemania), donde estudió con Frans Helmerson. También ha recibido clases de músicos tan reconocidos como David Geringas, Philippe Muller, Gary Hoffman, Arto Noras o Ivan Monighetti.

Ha sido distinguido con numerosos premios, entre ellos: Segundo Premio en la International Paulo Cello Competition (Finlandia), 2013; Premio Edmond de Rothschild Group del Festival Sommet Musicaux de Gstaad, 2013; Beca Pablo Casals de la Fundación Pablo Casals, 2012; Premio Nicolas Firmenich del Festival de Verbier (Suiza), 2011; Premio Leyda Ungerer del Festival de Violonchelo de Kronberg (Alemania), 2011; Primer Premio del Concurso Internacional de Liezen (Austria), 2008.

Pablo ha grabado dos discos hasta la fecha. Uno, con la Orquesta Filarmónica de Stuttgart bajo la dirección de Radoslaw Szulc que incluye los conciertos para violonchelo y orquesta de Dvořák y Schumann, y un segundo disco con conciertos de Rossini y Menotti que grabó junto a la Kremerata Baltica bajo la dirección de Heinrich Schiff.

Desde que tiene memoria, Pablo se recuerda con un chelo en las manos y, según dice, fue todo tan natural que no podría plantearse otra cosa. Ayudado por sus padres, salió con ventaja. Pero él, además de precoz, es único, porque el talento de este joven violonchelista supera al de otros hijos de músicos con el mismo impulso. La historia que lo demuestra y es ejemplar es la del violonchelo Stradivarius que él lleva y toca de prestado.

En 2014, el Comité de Préstamos Instrumento de la Nippon Music Foundation, compuesto por eminentes músicos y musicólogos y presidido por el famoso director de orquesta Lorin Maazel, eligió a Pablo Ferrández para recibir, en préstamo, una de las joyas creadas por Stradivarius que aún perduran, que pertenecen a la Fundación y que esta presta a eminentes músicos: el violonchelo llamado «Lord Aylesford», datado en 1696. Es el primer violonchelista español en conseguirlo.

Pablo dice estar enamorado del chelo de Stradivarius, pero reconoce que ha tenido que adaptarse a él para aprender cómo tocarlo porque tiene mucha personalidad. «Es conocernos, es una relación».

Con el Stradivarius ha tocado en lugares como Ámsterdam, Tokio, París (Auditorium du Louvre), Florencia (Maggio Musicale Fiorentino), Madrid (Auditorio Nacional) y Buenos Aires (Teatro Colón), con orquestas como la Filarmónica de San Petersburgo, la Filarmónica de Buenos Aires, la Sinfónica de Galicia o la Württembergisches Kammerorchester Heilbronn, y con directores como Yuri Temirkanov o Ryan McAdams.

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