Arancha Martínez: «Es una oportunidad para inspirar a más personas a dar el salto»
junio 15, 2018
La emprendedora social es el Premio Fundación Princesa de Girona Social 2018 por su compromiso social, que la ha llevado a impulsar el proyecto It Will Be, una ONG tipo start-up que trabaja en modelos más colaborativos y solidarios para el sector social y el ámbito de la cooperación.

Aportar eficiencia y profesionalidad al sector humanitario con objeto de que las ONG puedan maximizar los recursos para llegar a más personas. Este es el objetivo del proyecto It Will Be de la emprendedora social Arancha Martínez (1984), ganadora del Premio Fundación Princesa de Girona Social 2018 por su compromiso social, que la ha llevado a impulsar una ONG tipo start-up que trabaja en modelos más colaborativos y solidarios para el sector social y el ámbito de la cooperación. El jurado del Premio FPdGi Social destacó este proyecto precisamente «como un modelo de gestión muy innovador, basado en una tecnología punta, sostenible y con un gran impacto para mejorar la eficacia de la acción de cooperación internacional».

«Es una persona inspiradora que ha optado por impregnar de compromiso social su trayectoria vital y profesional», añadió el comité de expertos que actuó como jurado, formado por la pedagoga y emprendedora social Roser Batlle, el coordinador general de Cruz Roja, Toni Bruel, el emprendedor social y Premio FPdGi Social 2014 Mohamed El Amrani, el fundador y CEO de la Bolsa Social, José Moncada, el profesor de la Universidad Pontificia de Comillas Sebastián Mora, y la presidenta de Abacus, Maravillas Rojo, que lo presidió.

Martínez creó su proyecto en la India en el año 2009 para tratar de ayudar a las ONG que trabajan en desarrollo y cooperación en países del Tercer Mundo, donde una de las principales dificultades «es tener identificados a los individuos sobre los que se actúa con los diferentes programas, porque cada organización tiene que hacer este trabajo por su cuenta», detalla la emprendedora. Y así nació la tecnología PPa (Protection People App), que permite registrar a las personas, establecer su perfil y mantener un historial de seguimiento con objeto de complementar una gran base de datos al servicio de todas las ONG, que, de este modo, pueden ahorrar esfuerzos y mejorar recursos.

Un avance tecnológico y humano que la Fundación ha decidido premiar. «Es un reconocimiento importantísimo y una oportunidad para hacer llegar a más gente el proyecto y, al mismo tiempo, inspirar a otras personas para que den su salto», resalta Martínez, que también cree que la labor de la FPdGi es fundamental: «Es fantástica y muy necesaria, porque apenas hay ayudas para la cooperación; además, los premiados inspiran muchísimo y son muy motivadores».

Aplicar las técnicas bancarias en ONG
Graduada en ciencias empresariales y relaciones internacionales por ICADE, Arancha Martínez decidió dar un vuelco a su vida en el 2008, cuando dejó su trabajo en un banco de Dublín para marcharse a la India seis meses a hacer un voluntariado. Al final, no obstante, su estancia se prolongó cinco años durante los cuales fundó It Will Be; en la actualidad, esta ONG cuenta con 182 socios que colaboran en los seis proyectos que la entidad desarrolla en la India.

«Durante los años en los que trabajé en el banco aprendí muchísimo, y decidí utilizar esos conocimientos en las ONG», explica la emprendedora, que aplica técnicas del marketing estratégico y de las finanzas en el sector social para tratar de «maximizar el impacto social de los proyectos de cooperación y acción humanitaria». «Había muchas ONG que trabajaban lado a lado, a veces con proyectos similares, y ni siquiera se conocían. Y esa es también nuestra función: servir de paraguas para poner a diferentes entidades en contacto», añade.

Después de fusionarse con otra ONG de la India, en el 2013 Martínez volvió a instalarse en España, desde donde prosigue su labor buscando fórmulas de investigación e innovación en el campo de la cooperación. En este sentido, la emprendedora cree que el Estado y las Administraciones deberían cambiar las «políticas fiscales» para que las ONG pudieran destinar un porcentaje de su financiación a la investigación y la innovación. «Nosotros nos convertimos en empresa social para poder invertir dinero en estos ámbitos, porque como ONG la legislación no te lo permite», apunta.

Otro de los apartados en los que centran sus esfuerzos es el de la transparencia y la participación de sus socios. En estos momentos, por ejemplo, están llevando a cabo una prueba piloto para que los donantes puedan realizar un seguimiento del dinero que han donado. «A través de una plataforma en línea, los donantes pueden saber en cada momento dónde está su dinero, en qué se ha invertido y cómo avanza el proyecto en el que se ha utilizado», detalla la emprendedora, que añade que este sistema también permite a los donantes «participar mucho más en los proyectos en los que colaboran».