LINKS: El resultado de los encuentros júnior-sénior
julio 5, 2011
Previamente al Fórum IMPULSA 2011 se organizaron una serie de encuentros entre jóvenes inquietos y profesionales consolidados, en los ámbitos Ilusionar / Educar / Emprender / Transformar.

1+1=1000 (El porqué de las conversaciones, por Alfons Cornella)

Durante los últimos quince años me han fascinado especialmente dos cosas: una, visitar empresas españolas «maduras», sólidas, muy respetadas en el mundo (algunas de ellas, por haber transformado su sector); y dos, conocer a jóvenes con ideas muy atrevidas que demuestran que podríamos estar a la vanguardia del mundo. El problema es que (casi) nunca me he encontrado con una iniciativa en la que los dos «mundos» (empresas sólidas y jóvenes emergentes) fueran de la mano. O sea: o me tropiezo con «solidez» (empresas bien establecidas que funcionan desde la explotación del mercado) o con «visión» (iniciativas que surgen desde la exploración de oportunidades). En resumen, hay pocos ejemplos de «visión sólida» en el panorama español, tanto económico como social. Al menos, esa es mi impresión.

Y, sin embargo, uno tiene la sensación de que el futuro es un futuro de sueños hechos realidad. De inventar con pasión, de sintonizar con la gente, de permitir a las personas ser más felices resolviendo sus problemas y estimulando su imaginación. Este futuro es un producto de «eficiencia» y «diferencia», de hacer las cosas bien haciendo las buenas cosas (doing well by doing good). Y eso requiere la combinación de la experiencia de los séniors con la pasión de los júniors (y al revés).

En las «conclusiones visuales» del IMPULSA 2010 me atreví a lanzar una propuesta sintética a los asistentes: «Ponga un/a joven en su vida», les dije a los centenares de profesionales con experiencia que había en la sala. Porque creo, con convicción, que los importantes retos que tiene España en el presente y en el futuro más próximo no se podrán resolver sin multiplicar experiencia por imaginación.

No tiene sentido desperdiciar las energías de los séniors (experiencia) y de los júniors (imaginación). Hay que crear las condiciones para que ambos grupos se puedan combinar. Necesitamos más espacios donde los inquietos con y sin corbata se puedan encontrar.

En IMPULSA así lo hemos entendido desde el principio. Propusimos que diversos séniors y júniors conversaran abiertamente para llegar a recomendaciones concretas. El resultado está disponible aquí.

Lo que más agradablemente me ha sorprendido es cómo las parejas han disfrutado de la experiencia. Creo que se convertirán en difusores de la idea de que los problemas son hoy tan complejos que todos debemos ponernos a resolverlos, cada cual con su particular «energía», porque si algo está claro es que el mundo es solo uno y hay que compartirlo…

1+1 ya no suman 2. Si lo que se suma es pasión y experiencia, en un entorno abierto donde se valoren las ideas y el esfuerzo, el resultado es lo que queramos: 3, 1000 o 100 000.

¡Sumemos, pues! Multipliquemos imaginación por experiencia, masivamente.