Discurso de SS. MM. el Rey
junio 28, 2018
La Reina y yo regresamos a Girona, un año más, para celebrar la entrega de estos premios con la ilusión, las profundas convicciones y los sentimientos que hemos tenido y compartido aquí desde que hace casi una década se creara la Fundación, hoy Princesa de Girona, en el año 2009. Asistimos con la energía y […]

La Reina y yo regresamos a Girona, un año más, para celebrar la entrega de estos premios con la ilusión, las profundas convicciones y los sentimientos que hemos tenido y compartido aquí desde que hace casi una década se creara la Fundación, hoy Princesa de Girona, en el año 2009. Asistimos con la energía y la motivación de saber que trabajamos por lo que tanto nos importa, el futuro de los jóvenes de nuestro país.

Pero permitidme que, antes de continuar, les dé muy especialmente las gracias a los Hermanos y familia Roca, a todos en Can Roca, por la generosidad y compañía que han mostrado con nuestro proyecto desde sus orígenes; y hoy, especialmente, por brindarnos la oportunidad de celebrar este acto en un lugar tan emblemático de Girona, en vuestra casa, os lo agradecemos de corazón.

Transcurridos 9 años desde la creación de la Fundación, creo sinceramente que podemos estar orgullosos de lo que hemos construido gracias al esfuerzo de muchas personas y entidades y a su identificación con este gran proyecto solidario, integrador y responsable. No ha sido una tarea fácil ni sencilla desde luego, pero nuestro compromiso con el espíritu con el que se creó la Fundación nos ha mantenido unidos ante los retos que ha debido afrontar.

Sabemos, cómo no, que nos queda mucho camino por recorrer; que debemos mejorar y mejoraremos; que llegaremos más lejos y que lograremos nuevas metas; y que seguiremos trabajando duro para hacerla crecer y para consolidarla como un referente, un altavoz que amplifica la señal de lo que piensan, necesitan y realizan miles de jóvenes que no siempre encuentran quien les escuche, les comprenda o les apoye en sus ambiciones y en sus sueños.

Y en esa misma dirección ha trabajado la Fundación durante 2017.

Por una parte, la entrega de los Premios culmina una serie de actos organizados en Mérida, Sevilla, Santa Cruz de Tenerife, L’Hospitalet de Llobregat y Soria; de esa manera, y como cada año, cinco ciudades españolas se han convertido por un día en capitales del talento joven; y donde casi mil jóvenes han podido participar en talleres de innovación creativa, mientras que, simultáneamente, los jurados deliberaban para elegir al ganador de cada una de las categorías. En dos de esas citas tuvimos la suerte de poder acompañar a la Fundación, la Reina en Mérida y yo en Sta Cruz de Tenerife.

Por otra parte, durante este curso académico, profesores de Cataluña, Andalucía, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, La Rioja y Murcia han participado, una vez más, en la formación para educar el talento emprendedor de sus alumnos. La línea de educación de la Fundación ha incorporado este año dos nuevas actividades importantes: por un lado, las expediciones pedagógicas, que han permitido a docentes de todas las Comunidades Autónomas conocer las mejores prácticas en emprendimiento educativo de Andalucía y del País Vasco. Por otro lado, la Fundación ha concedido por vez primera el “Premio a la Escuela Emprendedora del año”, para centros educativos comprometidos con el desarrollo del talento emprendedor de los jóvenes y la innovación educativa, que en esta primera edición ha galardonado al CEIP Andalucía de Fuengirola.

Mañana dedicaremos el día al programa “Rescatadores de talento” que trata de enfrentarse al paro juvenil −con una tasa lamentablemente todavía muy alta−, dirigiendo una serie de acciones específicas a jóvenes entre 20 y 30 años con formación superior que estén en paro, en búsqueda de su primer empleo o subempleados, priorizando a aquellos que son la primera generación en su familia en obtener una titulación superior.

El objetivo último de este programa es contribuir a la igualdad de oportunidades en el acceso al mercado de trabajo, además de fomentar la movilidad entre Comunidades Autónomas de nuestros jóvenes para incorporarse a su primer empleo: una experiencia que, no me cabe ninguna duda, contribuirá decisivamente a la mejora de su empleabilidad.

Finalmente, a partir de 2019 y coincidiendo con el 10º Aniversario de los Premios, se otorgará un Premio Internacional; con la voluntad de reconocer la trayectoria profesional y personal de jóvenes que hayan destacado por su trabajo, sus méritos y su ejemplaridad. Un nuevo galardón con vocación global que destacará la capacidad de logro y superación de jóvenes de todo el mundo y que permitirá compartir más allá de nuestro país los valores que definen a todos los premiados de la Fundación. 

Queridos amigos,

Permitidme ahora que me refiera a los premiados de esta edición:

Cuando el pasado mes de febrero el jurado del Premio Artes y Letras 2018 se reunió en Mérida para tomar una decisión final entre las candidaturas recibidas, se encontró con dos músicos que, pese a que se habían inclinado por estilos artísticos dispares, compartían algo en común: una pasión por la música desde una muy temprana edad. Así, el jurado descubrió que el violonchelista Pablo Ferrández Castro  empezó a tocar el cello con tan solo tres años de edad de la mano de sus padres; de la misma manera, no es difícil suponer que Soléa Morente Carbonell tuvo sus primeros contactos con la música prácticamente desde su nacimiento ya que forma parte de una de las familias de mayor tradición flamenca en nuestro país y, por ejemplo, participó en la grabación de un disco de su padre, Enrique Morente, cuando contaba con tan solo 6 años.

Esta pasión de nuestros premiados iniciada desde la infancia se ha traducido con el paso del tiempo en dos de las carreras más prometedoras de nuestro actual panorama musical. Tanto Soleá, con varios discos a sus espaldas pese a su juventud y un último trabajo, “Ole Lorelei”, publicado hace unos pocos meses y que ha sido recibido con entusiasmo por el público y la crítica, como Pablo, que ha participado en grabaciones con algunas de las mejores orquestas del mundo, como la Orquesta Filarmónica de Stuttgart, y ha sido reconocido con algunos de los premios más destacados de la música clásica, han podido representar lo mejor del talento de nuestros jóvenes músicos por los escenarios de los cinco continentes.

El jurado quiso destacar “la brillante trayectoria artística” de Pablo y “su capacidad extraordinaria de crear universos sonoros”, y valoró a Soleá como “una artista completamente genuina y con capacidad para liderar proyectos musicales en un mundo a menudo difícil para las mujeres”.

A los dos, muchas gracias por hacernos sentir con vuestro arte esa emoción directa que solo la música consigue producir.

A ese mismo reto y dificultad de seleccionar un único ganador de entre tantas candidaturas talentosas recibidas debió de enfrentarse este año el jurado del Premio Investigación Científica 2018, reunido hace cinco meses en Sevilla, que finalmente destacó la gran capacidad investigadora de dos jóvenes químicos como modelos a seguir: La ingeniera química María Escudero —a quién acabamos de escuchar palabras llenas de emoción e inteligencia— y el químico Guillermo Mínguez, ambos con estudios y estancias de investigación en países como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido o Dinamarca, finalmente han sido premiados ex aequo.

De María Escudero el jurado destacó “su trabajo en el desarrollo de catalizadores electroquímicos basados en nano-partículas metálicas con la finalidad de sustituir metales nobles para reducir los costes y aumentar la eficiencia en procesos de obtención de la energía limpia”. Se quiso también reconocer el impacto científico, tecnológico, energético y social de su trabajo que contribuirá a frenar el cambio climático.

Por su parte, reconoció a Guillermo Mínguez por su trabajo en el diseño de tamices moleculares híbridos que permiten la síntesis de materiales nano-estructurados a la carta. Se destacó el impacto de sus trabajos en MOF (Metallic Organic Frameworks) magnéticos, desde su estudio fundamental hasta su aplicación en sensores y en catálisis. Según el jurado, “los nuevos materiales porosos desarrollados tendrán una gran repercusión en campos como el medio ambiente y la energía”.

María, Guillermo: con este reconocimiento público de vuestra labor científica, la Fundación quiere también contribuir a vuestro empeño por desarrollar vuestras investigaciones en nuestro país.

Al ingeniero aeronáutico y emprendedor de San Sadurní de Anoia, José Miguel Bermúdez, le corresponde el Premio Empresa 2018. Nuestro premiado fue distinguido en el acto de proclamación celebrado en Tenerife por su trayectoria empresarial y de investigación que actualmente se centra en desarrollar un revolucionario sistema de propulsión para el transporte marítimo que hace uso del viento a través de un innovador sistema de vela rígida.

Desde su empresa Bound4Blue, José Miguel y su equipo están trabajando en una tecnología que permite que estas velas generen parte del empuje que necesitan los grandes buques de transporte, un sector clave en la economía de nuestros días, reduciéndose hasta en un 40% su consumo y emisiones. Para el jurado, José Miguel “reúne las capacidades de ejemplaridad, diferenciación, impacto en la sociedad y de excelencia en la gestión empresarial que este premio reconoce”.

José Miguel, como bien nos recordó nuestro jurado, eres un ejemplo a seguir para muchos jóvenes, y no solo por tu trayectoria empresarial y de investigación en un sector altamente competitivo y con fuertes barreras de entrada, sino porque tus proyectos industriales tienen un gran impacto social y medioambiental del que todos nos podremos beneficiar.

El último premio individual ha recaído en la emprendedora social Arancha Martínez, Premio Social 2018, de quien el jurado reunido a finales del mes de marzo en L’Hospitalet del Llobregat quiso destacar su proyecto «It Will Be», una ONG tipo start-up que trabaja en modelos más colaborativos y solidarios para el sector social y del ámbito de la cooperación.

Esta iniciativa de Arancha, que trabajaba en Dublín en el sector bancario, nació de tomar conciencia, en un viaje a la India en 2008, cuando contaba con tan solo 24 años, de la visión de generar un proyecto para ayudar a los más necesitados de manera más global. A raíz de su trabajo y experiencia en el mundo de la banca, Arancha aplicó una tecnología de identificación personal al servicio de otras ONGs que trabajan en cooperación con países en vías de desarrollo.

En lugar de ‘dar’ a las personas individualmente, Arancha creyó que era mejor la propuesta de unirse para ofrecer un recurso más potente y catalizador, en unos países donde una de las principales dificultades es tener identificadas a las personas que forman parte de los diferentes programas. Para los miembros del jurado, «la premiada es una persona inspiradora que ha optado por impregnar de compromiso social su trayectoria vital y profesional».

Arancha, compartimos estas palabras y te agradecemos sinceramente tu compromiso personal y profesional con la innovación al servicio de aquellos que más lo necesitan.

Junto a los premios de categorías individuales, nuestra Fundación concede también un galardón a entidades que trabajan por los jóvenes. El jurado del Premio Entidad 2018 ha querido distinguir a la entidad francesa Article 1 por su éxito en la empleabilidad de los jóvenes independientemente de su origen social, económico o cultural, con gran impacto social, y por su modelo de gestión y financiación. Article 1, con sede en París, toma su nombre del artículo primero de la Constitución francesa donde se proclaman los valores comunes de justicia, igualdad, fraternidad y libertad.

Article 1 ha desarrollado a lo largo del tiempo programas que buscan crear vínculos entre estos jóvenes y voluntarios/mentores del mundo profesional, deseosos de compartir su conocimiento y compromiso con ellos. Gracias a sus programas de tutoría y a la organización de talleres, cerca de 12.000 estudiantes de entornos sociales difíciles han recibido ya el apoyo de la entidad. El objetivo último de Article 1 es crear una sociedad donde la orientación, el éxito en los estudios y la integración profesional no dependan de los orígenes sociales, económicos y culturales.

Como pueden imaginar, desde la Fundación Princesa de Girona estamos especialmente felices de reconocer la labor de una entidad con la que compartimos tantos valores. Gracias a su Co-presidente, Boris Wallbaum, por querer convertir a Article 1 en un aliado más de la Fundación en su trabajo a favor de la mejora de la empleabilidad de los jóvenes.

Agradezco una vez más el excelente trabajo de los diferentes jurados y también de nuestro Consejo Asesor porque no solo garantizan el éxito de nuestros Premios, sino que también nos inspiran y nos iluminan el camino a seguir en todas las iniciativas que desarrollamos.

Finalmente, quiero agradecer en nombre de los que formamos la Fundación y de forma muy especial en esta ocasión, a todos los que habéis querido estar con nosotros esta tarde:

Gracias Valentín, Teresa y Pau, por permitirnos entrar un poco más en vuestras vidas y compartir nuestra alegría por la energía y la ilusión de nuestros nuevos premiados, que no van a olvidar nunca este momento.

A Juan Carlos Ortega, que un año más ha sabido arrancarnos unas cuantas sonrisas mientras Auxiliadora, Borja y Miriam compartían con nosotros lo que el premio significó para ellos y tantas otras inquietudes.

Gracias a Pepa y a Lucía por haber vuelto a Girona y dirigirnos a lo largo de este evento. A Estrella y a Soleá, nuestro agradecimiento por regalarnos sus voces y su sensibilidad, y cómo no, a todos los componentes de esta maravillosa Orquesta Joven de Extremadura, dirigida por nuestro querido Andrés Salado, que hace sólo dos años también recogió emocionado el Premio Princesa de Girona.

Queridos amigos,

Decía al comienzo de mis palabras que nuestra convicción y nuestra confianza en el espíritu con el que nació la Fundación había estado siempre presente desde 2009. Y ese mismo espíritu es el que nos debe de seguir acompañando en el camino que recorrerá la Fundación. Y hoy, sin duda, me parece un momento muy oportuno para recordar y reafirmar la vigencia de sus principios fundacionales.

 1- En primer lugar, nuestro compromiso con los jóvenes de Cataluña y de toda España, que es tanto como nuestro compromiso con el futuro de nuestro país que ellos representan. Ayudarles a conocer una nueva realidad, a comprender un mundo nuevo, a adquirir la capacidad para poder tomar decisiones con autonomía, inteligencia y responsabilidad.

 2- En segundo lugar, nuestro compromiso con Girona y sus comarcas y la vocación de permanencia de la Fundación en estas tierras. Quiero, en ese sentido, agradecer especialmente a tantas personas y colectivos de aquí que han confiado en este proyecto aportando su tiempo, su conocimiento y, sobre todo, su entusiasmo. Al hacerlo, muchos y muchos jóvenes se han visto beneficiados por ese trabajo.

 3- Y en tercer lugar, como dije en mis palabras de 2017 en esta misma ceremonia, este año tenemos la oportunidad de reafirmar nuestro compromiso con las señas y los valores que han engrandecido Cataluña, que han estado en la base de su progreso y, por tanto, del progreso de toda España. Y así lo hacemos hoy, una vez más, porque son las señas y los valores que están en el alma misma de esta Fundación: su compromiso con una Cataluña de todos y para todos.

Es decir:

– Una Cataluña que, como señalé aquí en la primera ocasión que tuve días después de mi proclamación como Rey, ama una lengua, el catalán, que en diálogo y convivencia permanente, sincera y enriquecedora con el castellano, es un elemento sin el cual no es posible entender la cultura de esta tierra tan amante de sus tradiciones.

–  Una Cataluña con sus instituciones históricas de autogobierno y orgullosa de su personalidad.

– Una tierra de acogida, inclusiva e integradora, respetuosa con la diferencia, abierta y plural, que ha estado siempre en vanguardia de la cultura y la economía.

– Una tierra desde la que tanto se contribuyó a nuestro gran acuerdo de convivencia democrática y cívica en libertad que culminó con nuestra Constitución y que ha permitido el desarrollo político y el progreso social y económico de España en su conjunto como nunca antes en su historia.

 Queridos amigos,

En 2009, en el acto de creación de la Fundación, afirmé que nacía en Girona, en Cataluña, un proyecto para la juventud cuyo espíritu respondía a la imagen que tenemos de esta tierra, a lo que sentimos por ella, y al que se sumaban con ilusión hombres y mujeres de toda España. Un proyecto integrador y sin exclusiones, que sumaba voluntades, esfuerzos y esperanzas.

Bajo ese espíritu fundacional y con esas convicciones la Fundación ha ido construyendo año a año su proyecto, nuestro proyecto. Construir para los jóvenes es lo que siempre ha hecho la Fundación Princesa de Girona. Siempre construir. Ayer, hoy y mañana. Y construir para los jóvenes es lo que seguirá haciendo con vuestra ayuda, impulso e ilusión y la de muchos otros por muchos años.

 Muchas gracias, moltes gràcies i fins als Premis FPdGi 2019.